El verdadero tamaño de África frente a la proyección de Mercator

https://fotografias.larazon.es/clipping/cmsimages01/2021/12/15/80969454-4944-40DB-A9A3-C327AE47E462/98.jpg

La Unión Africana se unió hace poco a la iniciativa Correct The Map («Corrijan el Mapa»), que persigue que los gobiernos, instituciones académicas, corporaciones y organizaciones dejen de usar la proyección de Mercator en la creación de mapamundis. Esta campaña busca presentar a África con su verdadera dimensión, evitando la alteración que ha afectado la percepción mundial del continente durante siglos.

La proyección de Mercator, creada en el siglo XVI por el cartógrafo Gerardus Mercator, se convirtió en una herramienta crucial para la navegación, ya que permitía a los marineros determinar rutas precisas mediante la brújula. Sin embargo, este método de representación plana exagera el tamaño de los territorios cercanos a los polos, como Norteamérica y Europa, mientras reduce visualmente la extensión de regiones cercanas al ecuador, como África y Sudamérica.

Equal Earth: la opción que representa con mayor fidelidad el mundo real

La iniciativa Correct The Map sugiere emplear la proyección Equal Earth, la cual ajusta con mayor precisión la escala de los continentes, mostrando su verdadero tamaño geográfico. De acuerdo con los promotores del proyecto, los mapas que utilizan la proyección de Mercator, como los que se muestran por defecto en aplicaciones digitales comunes, han influido en la percepción global durante más de 450 años, proporcionando una visión alterada del planeta.

“Podría parecer que es solo un mapa, pero realmente no lo es”, afirmó Selma Malika Haddadi, vicepresidenta de la Comisión de la Unión Africana. Para los defensores de la campaña, la distorsión de la proyección de Mercator no es solo un problema técnico, sino también de “poder y percepción”, ya que ha influido en la manera en que se entiende la importancia relativa de los países y continentes.

El desafío matemático detrás de los mapas

Mostrar la superficie curva de la Tierra en un mapa plano es un desafío matemático que siempre conlleva alguna distorsión. Según el método cartográfico que se elija, pueden modificarse el tamaño, la forma y la localización de los continentes. La proyección de Mercator es del tipo cilíndrico: los meridianos aparecen como líneas rectas paralelas y equidistantes, a pesar de que realmente se encuentran en los polos.

Este esquema causa que las áreas distantes del ecuador parezcan mucho más grandes de lo que realmente son. Por ejemplo, África es cerca de 14 veces más extensa que Groenlandia, aunque en el mapa de Mercator ambos territorios se muestren con tamaños parecidos. De igual forma, Brasil es cinco veces mayor que Alaska, aunque en muchos mapas puedan parecer similares.

La influencia cultural y académica de la distorsión

El uso extendido de la proyección de Mercator ha reafirmado una percepción incorrecta sobre el tamaño comparativo de los continentes, particularmente de África, lo cual ha impactado en la educación, la política y los medios de comunicación. Entidades como Africa No Filter describen esta proyección histórica como “la mayor campaña de desinformación”, subrayando la relevancia de presentar mapas que representen la realidad geográfica de forma justa.

El ajuste hacia representaciones más exactas no solo pretende enmendar fallos técnicos, sino también fomentar una perspectiva más justa y equitativa en la interpretación del mundo, donde cada continente sea representado con su auténtico tamaño.

Rumbo a mapas más exactos y equitativos

La campaña Correct The Map representa un paso significativo hacia la corrección de distorsiones históricas en la cartografía mundial. Adoptar proyecciones como Equal Earth permitirá que África y otros continentes sean visualizados con la exactitud que merecen, fomentando una educación más precisa y una percepción global más equilibrada. La iniciativa subraya que los mapas no son solo herramientas de navegación, sino también instrumentos culturales que influyen en la manera en que se entiende el mundo.

Por Claudia Morales